Partir la calabaza en cuatro trozos, sacar las pepitas (secadas o tostadas están muy buenas en ensaladas o como aperitivo), pelar y cortar en trozos. Pelar la piel 3 naranjas finamente con un pelador de patatas y trocear la piel. Con un cuchillo, eliminar las partes blancas de las naranjas y desechar. Cortar la pulpa en trozos y echarlos junto con los trozos de calabaza y la piel troceada a un puchero. Añadir el azúcar y ponerlo todo a hervir. Aplastar la pulpa de la naranja con una paleta, hasta que haya soltado bastante zumo como para poder mezclarse con el azúcar y así evitar que el azúcar se queme. Llevar a ebullición y seguir hirviendo a fuego lento durante aproximadamente 1 hora removiendo de vez en cuando.
(Se pude acortar el tiempo de cocción, si se aniade una cucharada de agar-agar a la mermelada ya triturada.)
Mientras tanto, lavar cuidadosamente los tarros de mermelada, dejar escurrir y ponerlos de pie encima de un paño húmedo. (eso evitara que los tarros estallen, cuando se vayan a llenar con mermelada.). Después de una hora de cocción mas o menos, apartar el puchero del fuego y triturar la mermelada con la “minipimer”. Tomar con una cucharita una prueba de la mermelada y dejar enfriar. Si una vez fría la mermelada de la cucharita muestra tener la densidad deseada, estará lista para guardar. En caso contrario seguir hirviendo (cuidado, que después de triturarla, ¡la mermelada se pega con gran facilidad y hay que remover a menudo!) hasta que la mermelada tenga la densidad deseada.
Llenar los tarros uno por uno hasta el borde con la mermelada hirviendo (¡no olvides que han de estar en contacto con un paño húmedo!) y cerrar enseguida fuertemente con las tapas. Poner los tarros “boca abajo” y dejar enfriar completamente antes de volver a darles la vuelta. Con este método se consigue que el aire que pueda quedar en los tarros, sea expulsado por la acción del peso de la mermelada sobre el aire. Los tarros preparados así, pueden conservarse (sin abrir) más de un año.
Pegar etiquetas en los tarros con la fecha y el contenido.
* Es mejor guardar la mermelada en la nevera una vez abierto un tarro, ya que al haber usado poco azúcar para su elaboración, la mermelada se puede echar a perder antes que las mermeladas comerciales, que llevan conservantes en su mayoría.
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