Trocear toscamente las almendras, mezclar con las pasas en un cuenco, rociar con el ron, tapar y dejar macerar durante una noche (o durante unas horas).
Verter 1/3 de la harina en un cuenco grande y formar con una cuchara un “volcán”. Diluir la levadura en la leche de soja tibia (¡nunca caliente!), verter en el “volcán”, tapar con una capa de harina y dejar reposar, hasta que se vean “grietas” en la harina (unos 5 minutos). Mientras tanto podemos trocear la fruta escarchada a trocitos pequeños.
Añadir la margarina, el azúcar y la sal a la harina y batir la masa enérgicamente (preferiblemente con una batidora eléctrica) durante unos minutos. Añadir poco a poco la harina restante y cuando ya no se pueda batir, volcar la masa sobre una superficie limpia y enharinada y seguir amasando con las manos, hasta conseguir una masa homogénea. Volver a colocar la masa en el cuenco grande, tapar con un paño limpio, meter en el horno tibio y dejar reposar hasta que la masa haya doblado su volumen (30 – 60 minutos).
Mezclar las almendras, pasas, fruta escarchada, cardamomo y ralladuras de limón. Volcar la masa otra vez sobre una superficie enharinada, aplanar un poco e incorporar la mezcla macerada, amasándolo todo de nuevo. Partir en 2 o 3 trozos (según, si se quiere conseguir 2 o 3 Stollen). Partir el mazapán en 2 (o 3) trozos y aplastar cada trozo finamente entre 2 tiras de “film” con un rodillo. Aplastar ahora uno por uno los 2 (o 3) trozos de masa (hacerlos ligeramente más grandes que las capas de mazapán y procurando, que tengan el ancho de la placa del horno) con el rodillo. Quitar el film superior de las capas de mazapán, volcarlos sobre la masas extendidas, eliminar el film restante y enrollar en forma de panes. Colocar los Stollen sobre una placa de horno engrasada, introducir en el horno tibio y dejar reposar otros 30 minutos, hasta que haya vuelto a subir la masa. Hornear entonces durante 40 – 60 minutos a 180 grados (en horno de aire caliente, si no, a 190 grados, a una altura media), hasta que los Stollen estén tostaditos.
Derretir la margarina, mezclar el azúcar glasé con la vainilla, embadurnar los Stollen con la margarina y espolvorear generosamente con el azúcar glasé (pasándolo por un tamiz). Dejar enfriar, colocar sobre unas bandejas (que pueden ser de cartón, si los Stollen se quieren regalar) y envolver bien con “film”(varias capas), para evitar que los pasteles se sequen.
Guardar en un lugar seco hasta su consumo.
Éste delicioso pastel de Navidad se puede consumir aún 2 - 3 semanas después de su elaboración (¡siempre que siga bien envuelto!), sin que haya pierda nada de su “sabor a Navidad”.
Moler la semilla de amapola (preferiblemente en un molino para grano) y hervir unos minutos a fuego lento, conjuntamente con la leche y el azúcar, removiendo constantemente para evitar que la masa se pegue al fondo del cazo. Dejar enfriar la masa hasta que esté tibia y rellenar con ella el “Stollen”.